Columnista + Nilda Pérez

La democracia es más que un sistema electoral: es una forma de vida, un pacto moral entre el pueblo y sus instituciones. Es la convicción de que cada ciudadano tiene un valor intrínseco, una voz que cuenta y un derecho inalienable a participar en las decisiones que afectan su presente y su futuro. En Puerto Rico, donde las instituciones públicas han sufrido una profunda pérdida de confianza, defender la democracia no es solo una tarea política: es una causa patriótica y ética que nos convoca a todos.

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A lo largo de nuestra historia, el pueblo puertorriqueño ha demostrado su amor por su gente, su valentía ante la adversidad y su compromiso con el orden democrático. Sin embargo, la democracia no es un logro permanente; es una construcción diaria que se f

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