LA MIRADA DE ULISAS se estremece con las conmovedoras escenas que la televisión israelí y mundial muestran. Todo se viste de felicidad, una palabra que se escapó del diccionario hebreo durante estos últimos dos años. Esta mañana la recuperó con creces. Amaneció con ríos de gente que se aglomeraron para expresar la dicha del regreso a casa de los secuestrados vivos y muertos, luego del padecimiento extremo de dos años de cautiverio en condiciones espeluznantes. Suman veinte hombres que resistieron a las adversidades que todo encierro y maltrato infringidos causan. Hombres que vuelven a sus hogares dichosos de haber vencido la adversidad, aunque se sabe que no retornan en buena salud física ni mental. Habrá que disponer de muchos y largos tratamientos tanto médicos como psicológicos para r

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