El presidente de Madagascar , Andry Rajoelina, abandonó este pasado domingo el país africano a bordo de un avión militar francés, según informa este lunes la emisora Radio Francia Internacional (RFI), tras dos semanas de protestas en el país y un golpe de Estado por parte de la unidad de élite del Ejército malgache.

La salida del país de Rajoelina ha sido posible gracias a un acuerdo con la posible intervención del presidente francés, Emmanuel Macron, para facilitar una solución pacífica a la grave crisis política que vive Madagascar, según dicha emisora. Las autoridades francesas han rehusado responder o comentar las preguntas formuladas a este respecto por la agencia EFE.

De acuerdo con la información de RFI, Rajoelina habría volado en helicóptero el domingo a la isla de Santa María, en la costa este de Madagascar, y desde allí abordó un avión militar francés con destino a la Isla de la Reunión. Tras ello, puso rumbo hacia otro destino con su familia. La RFI señala Dubái como posible lugar de exilio.

Este lunes, grandes multitudes de personas han llenado la plaza frente al ayuntamiento de la capital, Antananarivo, con banderas del país y cánticos. Algunos de ellos han subido en vehículos militares según han llegado a la zona, según informan periodistas de la agencia France-Presse presentes en la ciudad.

Estaba previsto que el presidente de Madagascar se dirigiese este lunes por la tarde a la nación, tras denunciar el domingo un intento de golpe de Estado en marcha en el país , que vive una grave crisis por las protestas populares que tienen lugar desde el pasado 25 de septiembre. En la tarde del sábado, la unidad militar de élite CAPSAT se unió a los manifestantes antigubernamentales en la capital, Antananarivo, y pidió el sábado “desobedecer” cualquier orden de disparar contra la población.

Este domingo aseguró en un comunicado haber tomado el control de las Fuerzas Armadas y posteriormente nombró un nuevo Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, que fue reconocido por el Ministerio de Defensa. El CAPSAT, con sede en Soanierana, a las afueras de la capital, ya participó en 2009 en un golpe de Estado que derrocó al entonces presidente, Marc Ravalomanana, y permitió llegar por primera vez al poder a Rajoelina. Rajoelina ha sido presidente durante dos etapas: entre 2009 y 2014 y entre 2023 y la actualidad.

A su vez, en la mañana del domingo el Senado hizo pública la destitución de su presidente, Richard Ravalomanana, “con el fin de proteger los más altos intereses del país y fortalecer la armonía del sistema político”. Asimismo, la Oficina Permanente del Senado ha hecho un llamamiento a toda la población “a respetar y acatar la ley, por la estabilidad y la unidad del país” y este lunes ha nombrado un nuevo presidente interino: Jean André Ndremanjary.

El presidente de Madagascar no ha aparecido en público desde que el CAPSAT dio su apoyo a las protestas el sábado.

Hasta la fecha, la ONU ha cifrado en al menos 22 los muertos y en un centenar los heridos, mientras fuentes del Hospital Joseph Ravoahangy Andrianavalona, el mayor de país, confirmaron a EFE este sábado que recibieron 26 heridos durante la última jornada.

El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió este miércoles “diálogo” y manifestó su “profunda consternación” por “la trágica pérdida de vidas y la destrucción de bienes” en Madagascar durante las protestas que azotan a ese país desde finales de septiembre.

Aunque inicialmente surgieron para protestar contra los recurrentes cortes de agua y electricidad, las movilizaciones, impulsadas por jóvenes de la generación Z e impulsadas por movimientos similares en Kenia o Nepal, se tornaron antigubernamentales y comenzaron a exigir la dimisión de Rajoelina, cuya propuesta de diálogo nacional fue rechazada por los organizadores.

Estas protestas son las peores que vive la isla del océano Índico en años y el mayor desafío que afronta el jefe de Estado desde su reelección en 2023.