"Cuando me dijeron que tenía un tumor, mi mente dio un giro total. La única idea que se instaló en mí fue: ‘Me voy a morir, ¿por qué?’", fueron las palabras de Consuelo Sánchez, quien fue diagnosticada con cáncer de mama hace apenas 10 meses.

Rosario Armendáriz también coincide en ese pensar. “Al principio te derrumbas porque en ese momento piensas la muerte, mis hijos, o sea no piensa muchas veces en uno”, dice después de cuatro años de su diagnóstico.

Hoy, ambas, forman parte de Un Rayo de Vida, un grupo de acompañamiento impulsado por el Instituto Mexicano del Seguro Social, el cual está conformado por mujeres que viven o han vivido esta batalla y que decidieron no enfrentarlo solas.

Y es que contra el cáncer de mama, los tratamientos médicos como la quimioterapia, la cirugía o la ra

See Full Page