La piel de porcelana , ese acabado luminoso, uniforme y sin imperfecciones que parece reflejar la luz, es uno de los grandes sueños de muchas de nosotras. Y aunque a simple vista parece fruto de filtros, tratamientos costosos o cremas milagrosas, la realidad es que el secreto para lograrlo es algo sumamente sencillo y viene de la filosofía de cuidado coreano que apuesta por la constancia y el respeto hacia nuestra piel. La base está en seguir de forma religiosa dos pasos fundamentales: la exfoliación regular y la doble limpieza, técnicas que ayudan a mantener un rostro limpio, suave y rejuvenecido.

Exfoliación, la clave para una piel uniforme

Exfoliar no se trata solo de eliminar células muertas; también estimula la regeneración natural de la piel, mejora su textura y potencia la efica

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