Los fantasmas de la represión en el Chapare resurgen con el anuncio de los candidatos de pedir ayuda internacional para enfrentar al narcotráfico

El cultivo de la hoja de coca ha sido siempre un problema público en Bolivia. Al menos desde que Estados Unidos la criminalizó en la década de 1920, como parte de su cruzada contra la cocaína. La tensión entre la producción tradicional y el narcotráfico llegó a su punto más álgido a finales del siglo pasado y comienzos de este, cuando los planes de erradicación, financiados desde Washington, enfrentaron al Gobierno con los campesinos, dejando una veintena de muertos. El fantasma de aquellos tiempos violentos vuelve a asomarse con las propuestas de cooperación internacional de los candidatos a la presidencia para combatir el tráfico de drogas, pr

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