La liberación de los rehenes en Gaza es una muy buena noticia, una pequeña luz en un túnel que aún es muy oscuro. Pero está lejos, muy lejos, de ser el fin del conflicto en Gaza.

Esta primera parte del plan del presidente Donald Trump , con todas sus complejidades, era la más sencilla de llevar a cabo. Aun así, hubo resistencias entre la ultraderecha israelí, reacia a liberar a cabecillas de Hamas presos a cambio de todos los rehenes —vivos y muertos— en poder de la organización islamista.

La presión de Donald Trump y de otros países, junto con el agotamiento por dos años de conflicto, que ha dejado a los israelíes lejos de sus familiares cautivos, con la angustia de si sobrevivirían, de cómo los tratarían, de no poder enterrar a sus muertos, y a los palestinos sin un hogar dónde viv

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