En el Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) se habla mucho. Constantemente hay alguien pronunciando un discurso, una conferencia, interviniendo en una mesa redonda. Las palabras resuenan en actos simultáneos dentro de una intensa agenda que es inabarcable y, por definición, incompatible consigo misma. Sin embargo, hay algunos momentos en los que las palabras cobran otro peso, otra gravedad, nuevos significados. Porque hay paréntesis a lo ancho del CILE que la literatura y la poesía vencen a los debates geopolíticos y las disquisiciones lingüísticas. Ayer, tanto el congreso como la ciudad de Arequipa se tiñeron de una gravedad especial: era el día de rendir homenaje al Premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa . Varios actos reconocieron su figura: la edición de un “Diccionari
Vargas Llosa: holograma, pluma, hipopótamo, palabras

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