**Ábalos en la cuerda floja: su futuro en manos del Supremo**
El exministro de Transportes, José Luis Ábalos, se enfrenta este miércoles a una crucial jornada en el Tribunal Supremo. Está citado a declarar por cuarta vez en relación con la trama Koldo, un interrogatorio que podría ser decisivo para su libertad. En este proceso, se presentan dos posibles escenarios: el juez podría mantener las medidas cautelares actuales o, en un giro inesperado, ordenar su ingreso en prisión, como ya ocurrió con su antiguo compañero de partido, Santos Cerdán.
Las defensas de Ábalos sostienen que las circunstancias del caso no han cambiado lo suficiente como para justificar su prisión preventiva. Sin embargo, a medida que avanza la investigación, los indicios en su contra han aumentado, lo que podría llevar a la Fiscalía a solicitar su detención. La decisión final del magistrado se tomará tras el interrogatorio, pero las perspectivas no parecen favorables para el exministro.
Cerdán, quien permanece en el Soto del Real por el riesgo de destrucción de pruebas, y el aparente rechazo de Ábalos a alcanzar un acuerdo con la Fiscalía, alimentan la posibilidad de que su declaración termine en su arresto. En caso de ser privado de libertad, también se verían suspendidos sus derechos parlamentarios y su salario como diputado del Grupo Mixto.
Desde que estalló el caso Koldo en 2024, Ábalos ha pasado de no estar directamente implicado en la supuesta compraventa irregular de mascarillas a ser imputado por su "papel relevante" en una compleja trama de sobornos, adjudicaciones irregulares y contratos fraudulentos. Esta situación ha llevado a que el Supremo divida la causa en dos piezas separadas, lo que ha incrementado el número de declaraciones a cuatro, incluida la de este miércoles.
Durante sus comparecencias, Ábalos ha manifestado su disposición a colaborar, aunque solo ha respondido a las preguntas de su defensa y del juez. Su primera declaración fue voluntaria, el 12 de diciembre de 2024, cuando ya estaba imputado por delitos de cohecho, malversación, tráfico de influencias y pertenencia a organización criminal. En esa ocasión, se centró en sus vínculos con Koldo García, a quien contrató como chófer por recomendación de Santos Cerdán en 2016.
En medio de este contexto, Ábalos reveló que fue el presidente Pedro Sánchez quien le comunicó su cese en julio de 2021, aunque no especificó los motivos. Sánchez ha defendido que no cesó a Ábalos por sospechas de corrupción, sino por otros motivos relacionados con el rescate de Air Europa.
Recientemente, la situación de Ábalos se complicó aún más cuando el empresario Víctor de Aldama, presunto intermediario en la obtención de contratos de material sanitario, afirmó haber pactado con él un piso de 1,9 millones de euros a cambio de contratos "preadjudicados". Esta revelación ha puesto al exministro en una posición aún más delicada.
Además, Ábalos ha denunciado la filtración de diligencias relacionadas con su caso, alegando que se está llevando a cabo un "juicio paralelo" en los medios. Ha solicitado que se investigue la publicación de un vídeo de su declaración, lo que llevó a que se comenzaran a compartir transcripciones en lugar de grabaciones. En sus siguientes declaraciones, Ábalos fue interrogado sobre las comisiones que supuestamente recibió de Aldama y sobre un chalet en Perú valorado en varios millones de euros que estaría a su nombre. Ábalos ha negado todas las acusaciones y ha afirmado que su patrimonio es completamente legal.