Todos estaban compinchados y el objetivo era claro: dar una gran sorpresa al profesor Carlos García Resúa. Los alumnos de cuarto de Óptica y Optometría en la Universidad de Santiago de Compostela lo habían elegido como padrino de su promoción, pero querían ser originales a la hora de comunicárselo, como explica Míriam Rouco, una de las estudiantes: “Queríamos hacer algo diferente, algo especial. No nos apetecía el típico cartel en medio de clase. Entonces, dijimos: ¿Cómo hacemos para sacarlo de su despacho?”.
Dándole vueltas, idearon su plan. Un engaño: asustarían a Resúa, como ellos lo llaman, diciéndole que su coche aparcado en el exterior del centro había sufrido un accidente para conseguir que fuese a mirar y ahí poder darle la gran sorpresa. Y todo vino rodado
EL ENGAÑO Y EL SUSTO