La pregunta que encabeza este editorial no es baladí , porque Pablo Iglesias , el que fuera vicepresidente del Gobierno de España -ahí es nada-, acumula un largo historial de cobros procedentes de dictaduras o ejecutivos populistas de izquierdas, desde Venezuela, pasando por Bolivia o Irán , hasta México , última estación de su largo periplo por algunas de las naciones más reñidas con la libertad y la democracia. Y es que el líder de Podemos está haciendo negocio a base de hacer propaganda a favor de narcodictaduras y en contra de líderes mundiales que combaten el pensamiento  woke , como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump , y su homólogo argentino, Javier Milei .

Junto a un socio contratista del Ejecutivo populista de Claudia Sheinbaum , ha creado en México la empresa Agitprop Iglesias Armendariz S. de R.L. de C.V., sociedad que comparte denominación con la que el ex secretario general de Podemos administra aquí en España,  la firma Agitprop Comunicación y Análisis Político, que hace las veces de productora de Canal Red, la televisión chavista que montó Pablo Iglesias en colaboración con el magnate trotskista Jaume Roures. El socio de Iglesias es Guillén Carroza Armendáriz , asesor del ex ministro de Derechos Sociales y Agenda 2023 en su etapa en el Gobierno de Pedro Sánchez. La sociedad que ambos pilotan ha recibido por «adjudicación directa» un contrato para la prestación del «servicio integral de grabación y edición» de piezas de vídeo para el programa de tertulia política Masiosare que emita Canal Once, cadena de televisión pública mexicana perteneciente al Instituto Politécnico Nacional (IPN), entidad adscrita a la Secretaría de Educación Pública del Gobierno de Sheinbaum. El Ejecutivo mexicano paga casi 400 euros por cada vídeo de apenas 5-7 minutos , de un total de una veintena en la pasada temporada, que fueron grabados por Iglesias y su colaboradora rusa Inna Afinogenova en las propias instalaciones de Canal Red, y luego emitidos en el espacio Masiosare de Canal Once de México. Lo dicho: no hay Gobierno populista de izquierdas al que Pablo Iglesias no le haya pasado el cepillo. Bueno, le queda Corea del Norte .