Cada 16 de octubre celebramos el Día del Profesor y la Profesora. Más allá de los saludos y gestos de gratitud, esta fecha nos invita a mirar con profundidad el sentido de nuestra labor. En un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa -social, tecnológica y culturalmente-, enseñar sigue siendo un acto esencial.
Porque no hay innovación posible sin educación, ni futuro posible sin docentes.
Ser profesor hoy implica mucho más que enseñar contenidos. Es acompañar procesos, sostener emociones, despertar curiosidad y guiar a las nuevas generaciones para que aprendan a pensar, a crear y a convivir. En tiempos donde la inteligencia artificial redefine lo que sabemos, los docentes seguimos siendo el puente humano entre la información y la comprensión, entre la tecnología y la ética.
Por eso,