Primero fue un carrito que entró y salió sin pasar por caja. Luego, una mochila que se llenaba y vaciaba con una precisión casi profesional. Los policías locales, sigilosos y de paisano, apenas tardaron en detectar que algo no encajaba. Un vehículo gris que se detenía frente a supermercados distintos, un hombre que deambulaba con paso tranquilo y dos mujeres que aguardaban dentro su momento. La escena se repitió tantas veces que acabó por confirmar las sospechas: no era una coincidencia, sino una ruta de presuntos hurtos perfectamente planificada. Tres detenidos y un coche atestado de artículos de droguería y alimentación , según fuentes próximas al caso.

La actuación del Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local de Málaga daba comienzo hace unos días.

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