Las amenazas militares contra la Venezuela de Nicolás Maduro y el auxilio financiero a la Argentina de Javier Milei evidencian el objetivo del presidente Donald Trump, de aumentar su influencia en América Latina , que se ha convertido en una región prioritaria para Washington.

El freno en seco de los flujos migratorios y la lucha contra el tráfico de fentanilo fueron dos grandes promesas de campaña del republicano que situaban a la región en el centro de su política exterior.

El nombramiento de Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, para dirigir la diplomacia estadounidense, y el de Christopher Landau, exembajador en México que habla perfecto español, como "número dos" del Departamento de Estado, ya anticipaban una línea de acción que se ha confirmado.

“Desde abordar la seguri

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