Aunque Washington multiplica las amenazas y los gestos de fuerza contra el régimen de Nicolás Maduro , expertos señalan que la estrategia de Donald Trump combina presión bélica, sanciones y diplomacia secreta sin un objetivo final definido. Esa ambigüedad, advierten, puede minar la efectividad de la ofensiva.
Muestra de ello es que esta semana la administración de Donald Trump reactivó la presión sobre Maduro y amenazó, nuevamente, con pasar de la retórica a los hechos. En cuestión de días, Washington autorizó a la CIA a realizar operaciones encubiertas en territorio venezolano, advirtió que evalúa la posibilidad de ejecutar acciones militares terrestres y anunció la destrucción de dos presuntas “narcolanchas” en el Caribe.
A ello se sumó el sobrevuelo de dos bombarderos B-52 y varios he