A nadie escapa, y menos a Donald Trump, que Colombia es un productor masivo de drogas ilícitas. Cobija más del setenta por ciento de la exportación de cocaína en el mundo, sin contar marihuana y otros. Para eso, los principales clanes y agentes del negocio criminal tienen sembradas alrededor de 254.000 hectáreas de hoja de coca (estadísticas de la ONU, 2023), diseminadas principalmente en cuatro o cinco departamentos, en particular cerca de las fronteras. De los sembradíos y transformación en los laboratorios salen libres alrededor de dos mil toneladas métricas del alcaloide, después de incautaciones, con destino especial a Estados Unidos, aunque también al mercado progresivo en otros continentes. Rubros por su parte que, a estas alturas, dos años después del último registro, los expertos

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