Los cánticos de “¡Hey, hey, ho, ho! ¡Donald Trump tiene que irse!” resonaron por el centro de Chicago el sábado 18 de octubre, mientras miles de manifestantes llenaban las calles en la segunda protesta nacional ‘No Kings’ (‘No reyes’), una acción organizada por grupos activistas que exigen el fin de la corrupción política, la militarización policial y el debilitamiento de los derechos democráticos.
La marcha comenzó en Butler Field, en Grant Park, y recorrió el Loop, en el centro de Chicago, atrayendo a una multitud diversa que algunos calcularon hasta en 250,000 personas, entre ellas sindicalistas, defensores de los derechos de los inmigrantes y artistas. Muchos llevaban pancartas hechas a mano denunciando a la administración Trump y a la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE), mientras