Las relaciones entre el gobierno de Gustavo Petro y la administración de Donald Trump atraviesan su momento más crítico. En menos de un año, una sucesión de desencuentros diplomáticos, choques verbales y sanciones ha erosionado una alianza que, durante décadas, fue considerada uno de los pilares de la política exterior colombiana.
Vuelos de deportados
El primer choque se produjo a comienzos de 2025, cuando Colombia se negó a recibir vuelos de repatriación de migrantes provenientes de Estados Unidos. Petro denunció el trato “indigno” hacia los deportados, quienes eran trasladados esposados en aviones militares.
La reacción de Trump fue inmediata. Desde Washington, amenazó con imponer aranceles a los productos colombianos, una advertencia que solo fue desactivada tras una intervención