Las distopías del cine nos muestran un mundo superpoblado de zombies. Los datos demográficos anuncian otro escenario: el planeta será conquistado por millones de hombres y mujeres de cabellera blanca. Ese cambio, silencioso y profundo, está transformando las democracias, las economías y la forma en que las sociedades imaginan el poder .

Durante décadas, la juventud fue sinónimo de futuro. La política y la publicidad se construyeron sobre la promesa de lo nuevo, de lo veloz, de lo que viene. Pero en el siglo XXI, la pirámide demográfica se dio vuelta : en Europa, en Asia, y pronto en América Latina, los mayores de 50 ya son mayoría , también al momento de votar y de ejercer cargos de gobierno. El poder envejece y, con él, el mundo.

El poder gris no se mide en ejércitos ni en PIB, si

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