Recorrer una línea recta que une La Torre, Alfafar, Benetússer, Massanassa, Catarroja y Albal revela las cicatrices de la riada que azotó la región el 29 de octubre de 2024. Este trayecto de aproximadamente cinco kilómetros muestra las secuelas de una tragedia que dejó a su paso dolor y destrucción. La Torre, uno de los barrios más humildes de Valencia, fue uno de los más afectados. Ocho personas perdieron la vida ahogadas en un garaje, y una anciana falleció al intentar escapar del agua que inundaba su hogar. Antonio, un carpintero de la zona, recuerda cómo su taller y su casa fueron devastados por más de dos metros de agua. "Perdí todo, y he tenido que empezar de cero", relata. Sin embargo, Antonio ha encontrado un rayo de esperanza en la adversidad. "Ha sido como un renacer. Las máquinas del taller son nuevas... Tengo 66 años y me siento como si tuviera 40", afirma con entusiasmo. En Alfafar, Andrés, un agente inmobiliario, señala que la riada no ha ahuyentado a los compradores, pero la mención de que las casas están en una zona inundable afecta su interés. En Benetússer, Javier, propietario de una librería, describe la devastación que sufrió su negocio. "Perdí todo: libros, estanterías, material didáctico...", dice con tono abatido. Aunque logró reabrir en mayo, su tienda aún no funciona a pleno rendimiento debido a la falta de clientes. Las calles secundarias, donde predominan las casas unifamiliares, sufrieron los mayores daños. Encarna y Paco, residentes de la zona, vieron cómo los coches se amontonaban en la calle durante la riada. Aunque han podido reformar su local, critican que muchos propietarios aún no han limpiado sus propiedades. El miedo a las lluvias persiste entre los habitantes de l'Horta Sud. "Paco tiene párkinson, y ahora cuando empieza a llover se pone muy nervioso", comenta Encarna. En Massanassa, la carnicería que también fue destruida por la riada logró reabrir en menos de un mes, lo que muestra la resiliencia de la comunidad. Un año después de la tragedia, los residentes continúan enfrentando las secuelas físicas y emocionales de la riada, mientras intentan reconstruir sus vidas y sus negocios en un entorno que aún recuerda el desastre.
Un año de la devastadora riada en l'Horta Sud
Noticias de España3 hrs ago
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