BOGOTÁ ( Proceso ).– La escalada de acusaciones entre el presidente colombiano, Gustavo Petro, y su homólogo estadunidense, Donald Trump, y las represalias que el republicano ha tomado contra Colombia deben ser observadas con atención por el gobierno mexicano porque el mensaje implícito de Washington es que, en materia de política antidrogas, ya todo cambió.

Analistas consultados por Proceso advierten, además, que en su pleito con Petro, Trump está dejando claro que si un país latinoamericano es percibido como “obstruccionista” u “hostil” con sus políticas unilaterales y de fuerza frente al narcotráfico, la migración y el comercio, podría enfrentar medidas similares a las de Colombia.

El mandatario republicano ha llegado a acusar a Petro de ser “un matón”, lo que llevó al president

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