María Guardiola , digamos que la baronesa del PP en Extremadura , ha sido clara al decidir adelantar las elecciones autonómicas al 21 de diciembre de este año. Dos principios claves en su decisión. El primero: «Extremadura no puede vivir pendiente de los cálculos políticos». El segundo, y la razón del adelanto electoral: «Presupuestos para el futuro o que el futuro lo elijan los ciudadanos extremeños».
Aquí en Baleares andamos por el estilo en las relaciones PP-Vox desde mayo de 2023 . La diferencia está en que desde el primer momento se ganó María Guardiola el apodo de la baronesa roja y es bastante probable que influyera decididamente en que Núñez Feijóo no llegase a Moncloa aquel mismo año, porque la actitud de Guardiola sirvió de alimento a la brava al discurso-relato de Sánchez: « ¡Viene el fascismo!, ¡Viene la ultraderecha!» al observar que algunas autonomías se decantaban por los pactos PP-Vox mientras la numantina Guardiola era la excepción.
Comparemos resultados, el 2023, entre Extremadura y Baleares. Allá en la península andaban igualados en escaños el PP (28) y el PSOE (otros 28) y juntos superaban ampliamente la mayoría absoluta, mientras la rascaban el pacto PP-Vox por la mínima. Puedo pensar que en el ánimo de Guardiola estaba de entrada llegar a un acuerdo con los socialistas. De hecho, cedieron al PSOE la Presidencia de la Asamblea de Extremadura , aunque el peso de gobernar los socialistas por espacio de 30 años la comunidad autónoma se convirtió en un insalvable escollo marcado por la prepotencia socialista.
En Baleares, en cambio, las elecciones autonómicas de 2023 arrojaron los siguientes resultados: PP (25), PSOE (18), otros 6 escaños en la izquierda y Vox (8). La izquierda no alcanzaba a reeditar el Pacte de Progrés, aunque la suma del PP y un PSOE comandado por Francina Armengol sí podía llegar a un acuerdo de legislatura, con amplísima mayoría. Costó trabajo, pero al final se llegó a un acuerdo de legislatura entre PP y Vox , que superaba con cierta generosidad la mayoría absoluta. Tanto como tres escaños, arriba, lo que no ocurría en Extremadura. Insisto: una rascada mayoría absoluta.
Si en Extremadura acabó imponiéndose la voluntad de un Gobierno para el cambio y revertir la inercia de décadas del PSOE extremeño, imagino que en el caso de Baleares la prioridad era acabar con el Pacte de Progrés y sus nefastos resultados para la convivencia más que evidentes. No me fío de María Guardiola, pues no dejo de pensar en su condición de baronesa roja del PP. Marga Prohens, en cambio, como diputada en el Congreso tuvo la oportunidad de ver las orejas al lobo del autoritario sanchismo, aunque no por ello dejó de ver en su fuero interno a Vox como la extrema derecha en el fraudulento relato del PSOE. Ella es la baronesa entre ambas aguas…
Está por ver hasta qué punto el electorado extremeño, del centroderecha, le ha perdonado a Guardiola sus ambigüedades . Porque, en absoluto, ella es la genuina réplica de Isabel Díaz Ayuso. En absoluto, vuelvo a insistir.
Marga Prohens, en teoría, lo tiene más fácil porque ha sido cautelosa en sus comentarios y de hecho vuelve a negociar con Vox; además de apoyar por fin la derogación de la Ley de Memoria Democrática de Baleares . ¿Es una maniobra, arriesgada, la de Guardiola? Lo digo, no tanto por regalarle a la izquierda regresar al poder –poco probable-, sino por incentivar los votos favorables a Vox , puesto que el voto de la derecha desconfía de ella y por lo tanto quién sabe si a favor de Vox.
En estos tiempos, ser baronesa roja no tiene crédito alguno en Extremadura. Luego está la incógnita de cuanto pueda ocurrir en Castilla y León , con un Alfonso Fernández Mañueco , que está en las mismas, pero con un nivel de credibilidad superior a Guardiola y Prohens, por el hecho de gobernar en coalición con Vox, hasta que llegó el final del trayecto porque, en el presente, Vox ha abandonado los principios liberales para abrazar una perniciosa actitud en absoluto dialogante.
Confiemos en que Marga Prohens preste atención a los resultados del 21 de diciembre . Sabemos que Vox en Baleares ha actuado con dificultad en su toma de decisiones por la deriva de la dirección nacional del partido . Su futuro va a depender de que asuma la posición que le corresponde en este endiablado tablero dominado por la corrección política de la izquierda. De ellos depende descubrirse como lo que son, centroderecha, o seguir piando en pos de una alternativa encarnada en la pinza-PSOE-Vox por intereses.
Si el centroderecha no se pone de acuerdo, entendiendo a Vox como parte de lo mismo, tendremos Frente Popular hasta acabar con la convivencia.

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