Entre los valles que separan Cantabria y Asturias se esconde un punto panorámico que domina el desfiladero más largo de España . Desde sus 600 metros de altura, la vista de este mirador abarca el paisaje abrupto de los Picos de Europa , reflejo de una síntesis de naturaleza, geología y memoria humana.

Este enclave está situado entre montañas y atravesado por el curso de un río que ha modelado su entorno durante siglos. Y cabe aclarar que no es un destino de paso, sino un punto de encuentro entre la contemplación y el silencio, entre el vértigo y la calma.

¿Cuál es el imperdible mirador que se asoma al mayor desfiladero de España?

El protagonista de esta ocasión es el mirador de Santa Catalina , que se encuentra en el municipio de Peñarrubia , en Cantabria . Este punto panorámico se alza sobre el monte Hozarcu, a 600 metros de altura respecto al fondo del valle.

Desde aquí se domina el desfiladero de La Hermida , el más largo de España, con 21 kilómetros de longitud entre los pueblos de Panes y Potes. Su profundidad y sus paredes verticales, esculpidas por el río Deva, conforman uno de los paisajes más característicos del norte peninsular.

El mirador se asienta sobre las ruinas del castillo altomedieval de la Bolera de los Moros , un enclave estratégico entre los siglos VIII y XII. Desde esta fortaleza se controlaba el paso por el cañón, y aunque hoy apenas quedan restos visibles, las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz los cimientos de una torre y los restos de una ermita.

En 1999 se habilitó la carretera de acceso y se construyó la plataforma metálica actual, convertida desde entonces en uno de los lugares más representativos de la geografía cántabra.

Así son las impresionantes vistas hacia La Hermida

El desfiladero de La Hermida es una garganta natural excavada por el río Deva en el macizo de Ándara, uno de los sectores de los Picos de Europa. Sus paredes rocosas alcanzan los 600 metros de altura y conforman un paisaje abrupto y cerrado que se extiende a lo largo de 21 kilómetros.

Desde el mirador de Santa Catalina, la vista abarca todo el conjunto: el trazado de la carretera N-621, los pueblos colgados en las laderas y, al fondo, las cumbres calizas de los Picos de Europa.

En la zona se han instalado paneles informativos que explican la formación geológica del cañón y la importancia histórica del lugar.

En días despejados, la visibilidad puede superar los 50 kilómetros. A los pies del mirador se divisa el valle del Deva y, a lo lejos, el caserío de Tresviso . El contraste entre la roca, la vegetación y la luz convierte este punto en un referente para los aficionados a la fotografía de paisaje. No hay ruido, salvo el del viento, y la sensación que deja la altura es de una calma profunda.

Afortunadamente, tampoco hay estructuras comerciales ni edificaciones cercanas, lo que preserva el carácter natural del entorno.

Cómo llegar al mirador de Santa Catalina

El acceso más habitual parte de la carretera CA-282 , entre los pueblos de Piñeres y Cicera. Un desvío señalizado conduce hacia el monte Hozarcu, donde una pista asfaltada atraviesa un bosque frondoso hasta llegar a un pequeño aparcamiento junto al mirador de Santa Catalina.

Hay que tener presente, sobre todo si somos turistas, que el acceso a este mirador es una carretera completamente diferente de que la tomaríamos para recorrer el desfiladero y admirar sus vistas desde abajo.

En temporada alta, se recomienda dejar el vehículo en el aparcamiento La Picota , situado un kilómetro antes y habilitado con zona de descanso y punto de venta de bebidas.

Desde ese punto parte la ruta mitológica del monte Hozarcu , un sendero de fácil recorrido que discurre entre robles y hayas hasta alcanzar el mirador.

Quienes prefieran una caminata más larga pueden optar por la ruta desde el Molino de Cicera , un itinerario circular de 11 kilómetros con un desnivel moderado. Este camino permite disfrutar de la flora autóctona y de las ruinas de la antigua ermita de Santa Catalina antes de alcanzar la plataforma panorámica.

Cuándo visitar el mirador de Santa Catalina

El mirador de Santa Catalina puede visitarse durante todo el año , aunque primavera y otoño son las estaciones más recomendables.

En primavera , los bosques se tiñen de verde intenso y el río Deva desciende con fuerza; en otoño , el paisaje adquiere tonos ocres y rojizos que resaltan el relieve del cañón.

En verano , conviene acudir a primera hora o al atardecer para evitar el calor. En invierno , la carretera puede presentar hielo o nieve en los tramos más altos, por lo que se recomienda precaución.