El Gobierno de Trump está trabajando en una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para desplegar una fuerza multinacional en Gaza. Esta acción busca respaldar el acuerdo de alto el fuego mediado por Estados Unidos. Según fuentes cercanas a los planes, se están discutiendo los detalles de una fuerza de seguridad temporal que se encargará de desmilitarizar Gaza y entrenar a una nueva fuerza policial palestina.

Los soldados estadounidenses no formarán parte de la fuerza que se desplegará en Gaza, sino que desempeñarán un papel de coordinación desde fuera del territorio. Los primeros borradores de la resolución ya han sido compartidos con otros miembros del Consejo de Seguridad. La creación de una Fuerza Internacional de Estabilización (ISF) es un componente clave del plan de alto el fuego de 20 puntos propuesto por Trump.

Sin embargo, muchos países que están considerando participar han dejado claro que solo lo harán bajo un mandato de la ONU. El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, mencionó durante una visita a Israel que algunos posibles participantes solo se unirían si la fuerza contara con “algún tipo de mandato internacional”, que podría ser una resolución de la ONU o un “acuerdo internacional”.

Una vez establecida, la ISF operaría bajo un mando unificado y en estrecha coordinación con Israel y Egipto. EE.UU. ha establecido un centro de coordinación en el sur de Israel para gestionar las próximas fases del plan de cese del fuego en Gaza, que incluye esfuerzos de reconstrucción y la entrada de ayuda humanitaria. Según el Comando Central de EE.UU., casi 40 países y organizaciones internacionales están representados en este centro.

El borrador de la resolución indica que la ISF, junto con una fuerza policial palestina entrenada, trabajará para estabilizar la situación de seguridad en Gaza y garantizar la desmilitarización del enclave. Esto implica la destrucción de la infraestructura militar utilizada por Hamas, lo que podría llevar a un conflicto directo con la organización militante, que busca restablecer su autoridad tras el cese del fuego.

El plan también exige que la fuerza internacional lleve a cabo el desarme de Hamas, aunque muchos países han mostrado reticencia a aceptar esta tarea. Recientemente, varios países de mayoría musulmana se reunieron en Estambul para discutir su posible participación en la ISF. El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, afirmó que la decisión de participar dependerá de la definición de la fuerza y del mandato de la ONU. “Estamos listos para asumir la carga por la paz. Estamos listos para hacer cualquier sacrificio”, declaró Fidan.

Israel ha expresado su oposición a la presencia de soldados turcos en Gaza, y aunque inicialmente se mostró reacio a aceptar un mandato de la ONU para la fuerza internacional, cedió ante la presión de EE.UU. Un alto funcionario israelí indicó que Israel ha participado en la redacción de la resolución y sigue intentando influir en su contenido.

El borrador actual no incluye requisitos de informar al Consejo de Seguridad, algo que Israel desea mantener. La ISF operaría hasta finales de 2027, momento en el que necesitaría la renovación de su mandato en consulta con Israel, Egipto y los miembros del Consejo de Seguridad.

Lucy Kurtzer-Ellenbogen, investigadora principal del Middle East Institute, comentó que idealmente, una fuerza internacional debería haber comenzado a operar cuando se implementó el alto el fuego a principios de octubre. “Estos temas de composición y la falta de claridad sobre los detalles del mandato de desarme plantean desafíos para el lanzamiento”, concluyó Kurtzer-Ellenbogen.