En Caballero sin espada , la película de 1939 de Frank Capra, el político al que interpreta James Stewart interviene en el Senado de EEUU durante 25 horas seguidas. Una larga intervención para lograr que la Cámara rechace la construcción de una presa cuyo único fin es que sus promotores se enriquezcan.

Esta práctica (la de hablar durante horas, no la de enriquecerse mediante la corrupción) se conoce como 'filibusterismo'. Se utiliza para tratar de retrasar o prevenir una toma de decisión. Y esta misma semana la ha puesto en práctica el exministro de Justicia belga y diputado liberal flamenco Vicent Van Quickenborne.

Con el objetivo de retrasar la adopción de una ley que permitiría a las autoridades fiscales cruzar datos bancarios y de patrimonio con más agilidad, Van Quickenborne ha acaparado con su intervención cinco sesiones de la comisión de Finanzas del Parlamento federal belga. Pretendía obstruir la tramitación del texto, que según él eliminaría el secreto bancario, para que no pudiera entrar en vigor el próximo 1 de enero.

En total, el exministro ha intervenido durante casi 45 en estas cinco sesiones, pero, para desesperación del resto de diputados, en la última ha intervenido durante 23 horas seguidas. Para poder mantener la palabra sin las dotes para la oratoria del personaje de James Stewart, Van Quickenborne ha recurrido a diversas estratagemas. Ha repasado el árbol genealógico completo de otro diputado de su partido. Ha elogiado a las personas que se encargan de redactar las actas de las sesiones. Y ha encargado pizzas y gofres para hacer algo más llevadero su maratoniano discurso.

Pasadas las 13:00 horas de este miércoles, y tras avisarle de que incurría en repeticiones, el presidente de la comisión terminó por retirarle la palabra. Van Quickenborne publicó en su cuenta de Instagram al salir de la Cámara: “La lucha continuará la semana que viene. [...] Gracias por su apoyo. Y ahora me voy a dormir unas horas”.

Van Quickenborne dimitió en octubre de 2023 después de saberse que al extremista islámico que mató a tiros a dos suecos en Bruselas esa semana se le había denegado el asilo. Solo dos meses antes había protagonizado el escándalo conocido en Bélgica como el “Pipigate”, cuando algunos de los invitados a la fiesta por su 50º cumpleaños orinaron en varias ocasiones sobre un furgón de policía aparcado enfrente de la vivienda del político.

Según la grabación de las cámaras de seguridad, el entonces ministro también salió a la calle con otro amigo de madrugada, tocó la puerta de la furgoneta, se rio y gesticuló como si también miccionara. Van Quickenborne alegó que en realidad estaba haciendo “air guitar” (simular que se toca la guitarra) porque es aficionado al heavy metal.