Un estudiante en situación de discapacidad logró aprobar los cursos y llegar al último grado en un colegio católico de Barrancabermeja, Santander. Sin embargo, meses antes de la graduación fue notificado de una expulsión por problemas de disciplina y le advirtieron, según sus familiares, que no podía estar en la ceremonia de graduación con sus compañeros.

Desde entonces iniciaron una batalla legal que incluyó una acción de tutela para reintegrar al menor a las clases y permitirle graduarse con sus compañeros. Luego de varios comunicados y acciones legales, el menor regresó al colegio pero, según su familia, a un salón aparte, aislado del resto de sus compañeros y así estuvo por varias semanas.

“Buscamos amparar los derechos de un menor de edad en condición de discapacidad. Es un menor q

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