El mundo vive una nueva Guerra Fría que no se libra en Berlín ni en Kabul, sino en laboratorios de inteligencia artificial, fábricas de chips en Taiwán y Corea, minas de tierras raras controladas por China y centros de datos gestionados desde Silicon Valley. Es una guerra fría sin misiles, pero con algoritmos, semiconductores y materias primas de valor estratégico.
En este tablero, Europa corre el riesgo de asumir el papel que nadie quiere: el de potencia decorativa . Potencia que regula, sermonea y redacta estrategias… pero que no fabrica los chips que necesita, no controla sus datos, ni las materias primas estratégicas ni domina las tecnologías que decidirán quienes son las fuerzas dominantes del siglo XXI.
El ángulo tecnológico ya no es un matiz de la geopolítica: es el eje centra

La Razón

Infobae México
Noticaribe
Omnia Noticias
Tiempo de Oaxaca
La Jornada Mundo
Noticias de México
New York Post