Las Fuerzas Armadas de Israel llevaron a cabo un ataque aéreo en el sur de Beirut, marcando el primer bombardeo en la capital libanesa desde junio. Este ataque se centró en Haytham Ali Tabatabai, considerado el jefe militar de Hezbollah y la segunda figura más importante de la organización. La oficina del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, confirmó que el objetivo era Tabatabai, quien ha estado al frente de los esfuerzos de expansión y armamento de Hezbollah.

Una fuente israelí indicó que la evaluación de daños estaba en curso y que aún no se sabía si Tabatabai había muerto en el ataque. Netanyahu tomó la decisión de bombardear tras recibir recomendaciones del ministro de Defensa y del jefe militar de Israel. La agencia oficial de noticias del Líbano reportó que el ataque dejó víctimas y daños significativos en los suburbios del sur de Beirut.

El ataque se produce casi un año después de que un alto el fuego pusiera fin a la guerra entre Israel y Hezbollah. Según el Ministerio de Salud de Líbano, el bombardeo resultó en la muerte de cinco personas y dejó al menos 25 heridos. Hezbollah no ha emitido comentarios oficiales sobre el ataque, aunque su vicepresidente, Mahmoud Qamati, sugirió que podría haber habido bajas significativas en sus filas.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, advirtió que Israel continuará actuando con firmeza para prevenir cualquier amenaza a su seguridad. En este contexto, se han intensificado los ataques aéreos israelíes en el sur de Líbano, mientras que Israel y Estados Unidos presionan al gobierno libanés para desarmar a Hezbollah. El presidente libanés, Joseph Aoun, condenó el ataque y pidió a la comunidad internacional que intervenga para detener las agresiones israelíes.

El ataque también coincide con la visita del papa León XIV a Líbano, lo que añade un contexto delicado a la situación. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada de violencia en la región, que ha dejado un saldo devastador en términos de vidas y destrucción en el país. La última guerra entre Israel y Hezbollah, que comenzó en octubre de 2023, resultó en miles de muertes y daños materiales significativos en Líbano e Israel.

La situación sigue siendo tensa, y se espera que Hezbollah evalúe su respuesta ante este nuevo ataque, lo que podría abrir la puerta a una escalada de la violencia en la región.

El conflicto entre Israel y Hezbollah ha sido uno de los más prolongados y complejos en el Medio Oriente, con repercusiones que afectan no solo a los países involucrados, sino también a la estabilidad regional en general.