España atraviesa una década decisiva según el último informe económico de la OCDE, que describe al país como una economía capaz de crecer por encima de sus socios -un 3,5% en 2024, frente al promedio europeo- y de crear empleo a un ritmo superior, pero atrapada en tensiones profundas que amenazan su estabilidad futura.

La organización destaca tanto los avances como los riesgos: la inversión supera ya el 20% del PIB , la inflación se ha moderado y el mercado laboral ha absorbido niveles récord de inmigración entre 2022 y 2024, lo que ha sostenido el consumo y el PIB per cápita.

Pero, bajo esa solidez, persisten tres grandes presiones: un aumento explosivo del gasto en pensione s, un déficit estructural prácticamente inmóvil y una tensión creciente en el mercado de la vivienda por

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