El Parlamento andaluz, donde el PP tiene mayoría absoluta, ha aprobado este miércoles la toma en consideración de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) promovida por 60.000 firmas ciudadanas que tiene como objeto “recuperar la calidad del sistema sanitario en Andalucía” y “revertir un modelo privatizador ” que alienta “una sanidad para ricos”.
El proyecto legal viene firmado por la asociación Mareas Blancas (a la cabeza de todas las movilizaciones contra el Gobierno de Juan Manuel Moreno ), contaba con el respaldo en bloque de toda la oposición [Vox se ha abstenido], y el contenido del texto resulta una “enmienda a la totalidad” contra el modelo sanitario del Ejecutivo popular.
La iniciativa cuestiona el desvío de fondos a la sanidad privada, mediante la derivación de miles de pacientes, plantea restringir los conciertos con estos hospitales y clínicas, para que en un plazo de cinco años no quede ninguno, y plantea recuperar la subasta de fármacos, que los populares eliminaron nada más llegar al Palacio de San Telmo, sede de la Junta. La misma iniciativa popular, casi literal, se ha presentado en cientos de ayuntamientos de Andalucía, donde fue mayoritariamente rechazada por el PP.
Y, pese a todo, el mismo PP que lleva dos años vetando en el Parlamento un debate monográfico sobre los déficit de la sanidad pública promovido por los grupos de izquierdas, el mismo PP que tilda de “gran mentira” las acusaciones sobre privatización, hoy se ha plegado a debatir las políticas de quienes vienen a impugnar su modelo de gestión.
La presión social y mediática que soporta Moreno por las grietas en el Servicio Andaluz de Salud (SAS), con especial virulencia tras la crisis de los cribados de cáncer, ha impedido al PP cercenar la tramitación parlamentaria de esta ILP, como hizo con las dos anteriores que pasaron por la Cámara en esta legislatura : una para bajar la ratio de alumnos por aula, avalada por 50.000 firmas, y otra para limitar la “invasión” de las plantas fotovoltáicas en Andalucía, promovida por casi un centenar de alcaldes.
Los de Moreno tienen mayoría absoluta en el Gobierno andaluz y en el Parlamento, y en los últimos tres años y medio la han usado para impulsar sus propias leyes y tumbar los proyectos de la oposición, incluida la toma en consideración de muchas propuestas que ni siquiera se llegaron a debatir.
Esto es lo que se votaba este miércoles, el primer paso de una iniciativa popular que, en su redacción, recoge y desarrolla todas las críticas que el presidente andaluz lleva meses escuchando en la calle, con protestas prácticamente todas las semanas en algún pueblo de Andalucía.
Moreno ha dado un volantazo táctico y ordenado a sus 58 diputados que respalden este primer paso, aunque toda la oposición sospecha -y así lo ha expresado- que lo hace convencido de que la ley nunca verá la luz.
El presidente disolverá el Parlamento antes y convocará elecciones en la primavera de 2026, estrechando al máximo el plazo que necesitaría esta iniciativa popular.
Un documento cargado de reproches
El texto contiene propuestas específicas que discuten las medidas que ha adoptado la Consejería de Salud todos estos años, antes y después de la crisis de cribados. Porque cuando estalló el escándalo de las más de 2.000 mujeres -en cifras de la Junta- afectadas por un diagnóstico tardío de cáncer, que se enteraron hasta dos años después de que les habían detectado una lesión sospechosa, Moreno ya se enmendó a sí mismo con una sucesión de anuncios que venían a dar la vuelta al sistema como un calcetín:
El cese fulminante de la consejera de Salud, la destitución posterior de otros altos cargos, una investigación interna, y un plan de choque con más presupuesto, más personal y más recursos: Más de todo en un departamento que lleva siete años vendiendo presupuesto y plantilla récord.
La batería de medidas que lanzó la Junta para tratar de embridar la crisis de los cribados y las protestas en la calle, a siete meses de las elecciones andaluzas, allanó el terreno para que el PP llegara a la conclusión de que no podía dar un portazo a una iniciativa legislativa popular en materia sanitaria. “No en este momento”, admiten fuentes populares.
El resultado es que el Parlamento andaluz ha dejado pasar una propuesta legal más próxima a la oposición que al Gobierno autonómico. La ILP trasciende el debate sanitario porque la memoria económica que la acompaña asciende a 19.000 millones de euros, curiosamente, la misma cifra que calculó el Ministerio de Hacienda para condonar parcialmente la deuda pública a Andalucía, y que Moreno rechazó con un sonoro portazo. Y no es que los 19.000 millones de quita de deuda representen un dinero contante y sonante del que pueda disponer el Ejecutivo andaluz para invertir, por ejemplo, en reflotar la sanidad.
Pero la coincidencia en los números ha permitido a los proponentes cargar su discurso contra una Administración que suele esquivar todas las críticas recordando que hoy invierte 16.500 millones de euros en el departamento de Salud, el mayor presupuesto de la Junta de Andalucía, y cuenta con una plantilla de 130.000 puestos en el sector.
“La sanidad pública está enferma”
La defensa de la ILP ha corrido a cargo de un portavoz de Mareas Blancas, Sebastián Martín Recio, que ha arrancado su discurso con una “convicción común a todos”: “La sanidad pública andaluza no está bien, hay un deterioro asistencial importante”, ha asegurado. Martín Recio, médico de profesión e histórico dirigente de IU, ha usado un tono moderado e integrador para presentar la propuesta, aun siendo muy duro en sus críticas con el Gobierno de Moreno.
Del presidente, ha destacado una frase que pronunció en una entrevista reciente, y que provocó “gran alarmismo” en el sector. “El propio presidente dijo: la sanidad pública tal como va, con el envejecimiento de la población, llegará un momento en que sea inviable”. Martín Recio ha hecho un simil con esa frase: donde dice sanidad, dijo enfermo, y donde dice presidente, dijo “doctor Bonilla”. El doctor Bonilla diciendo que la cura del enfermo es “inviable”.
El portavoz de Mareas Blancas ha desgranado los déficit del sistema sanitario más llamativos: las listas de espera, la demora asistencial en la atención primaria, los retrasos en los diagnósticos de cáncer de mama… para terminar destacando que “la madre del cordero es la privatización”.
“No sólo lo que se transfiere a la privada. Es el conjunto de medidas, actitudes y estrategias que termina favoreciendo a la privada, como eliminar el plus de exclusividad de los médicos o las pólizas de seguro privado”, ha dicho, para sentenciar que es necesiario la “finiquitación de los conciertos en un plazo de cinco años”.
La ILP de las Mareas Blancas no es sólo una contestación al modelo sanitario del Gobierno andaluz del PP, en realidad, viene a sustituir el marco legal de gestión sanitaria de 1988, bajo cuyo paraguas gobernó 30 años más el PSOE. En la tribuna de invitados estaban presentes los ocho coordinadores provinciales de la asociación, algunas mujeres de AMAMA -la entidad que destapó el escándalo de los cribados de cáncer de mama- y algunos representantes sindicales, como la líder regional de CCOO, Nuria López, y su homólogo en Sevilla, Carlos Aristu.
Otro encontronazo de los grupos
En el turno de los grupos, las izquierdas han tomado posición de avanzadilla, con muchos dardos a la bancada popular. El portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García, ha llamado “hipócritas” a los de Moreno por aprobar hoy la apertura de una tramitación parlamentaria “que saben que no van a concluir”. “Les reto a aprobar esta ILP antes de las elecciones andaluzas”, previstas para la primavera de 2026.
También ha hablado sobre plazos la portavoz de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, adelantando que su grupo pedirá de inmediato la tramitación “por la vía de urgencia” de esta iniciativa popular, sumándose a todas las leyes “de última hora” que ha metido el Gobierno de Moreno para aprobarlas antes de los comicios, “que tienen a los funcionarios a revienta calderas”.
Nieto ha recordado que, tras abrir la puerta a esta ILP, el Parlamento aprobará dentro de unas semanas unos Presupuestos para Andalucía “que es demoledor para la sanidad pública”, que va a derivar dos millones de pacientes a la privada. “Se está jugando una batalla de modelo sanitario”, advirtió.
En nombre de Vox tomó la palabra el diputado Rafael Segovia, médico de profesión, que destacó que algunas de las medidas y diagnósticos que recoge la ILP de Mareas Blancas “ya las ha contemplado” su grupo. “Las Mareas coinciden con Vox, al menos en el diagnóstico”, ha advertido el parlamentario. El partido de Santiago Abascal ha defendido un modelo sanitario centralizado, ha propuesto la “unificación de los 17 sistemas sanitarios”, y ha ido marcando distancias de la asociación a medida que avanzaba su discurso.
“Un sistema sanitario 100% público es una propuesta lastrada por los prejuicios ideológicos. ¿Ustedes han preguntado a los médicos si quieren una sanidad 100% pública? ¿Y a los usuarios?”, ha preguntado Segovia, para terminar concluyendo que Mareas Blancas “no representa ni a los profesionales ni a los usuarios. Son ustedes minoritarios, no tienen capacidad ni conocimiento para representarles”.
Desde la bancada del PSOE subió la portavoz en materia de Salud, María Ángeles Prieto, que cargó duramente contra el Ejecutivo andaluz, acusándole de impulsar un modelo “privatizador”. “Hoy, casi en campaña electoral, ¿de verdad van a apoyar una iniciativa que viene a acabar con la privatización de la sanidad andaluza? ¿Ustedes se comprometen a tramitarla de urgencia?”, preguntó.
Prieto habló del “saqueo de la sanidad andaluza en favor de la privada”. “¿Esto de qué va? La iniciativa habla de recuperar la subasta de medicamentos, que ustedes quitaron; de retirar conciertos con la privada. Ustedes piensan que somos imbéciles? ¿Creen que esa gente es idiota? ¡Las dos cosas son incompatibles! ¡Esta ILP es incompatible con los Presupuestos que van a aprobar! ¡Esto es una farsa!”, gritó la diputada socialista, visiblemente enojada.
El último turno fue para el PP. La diputada Beatriz Jurado valoró el formato de la iniciativa popular, avalada por miles de personas que la han respaldado con sus firmas. “Nuestro sistema público de salud tiene que seguir mejorando y blindándose. La sanidad no debe ser un campo de batalla. De ideología hoy ya vamos listos”, avanzó al inicio de su discurso.
Jurado le dijo a Recio que la ILP era “una gran oportunidad para abrir la puerta al diálogo, gracias a nuestro voto” y avanzó que había “puntos en común” con algunas de sus propuestas. “Damos nuestro voto favorable para que se inicie la tramitación para reformar nuestra legislación sanitaria”, insistió.
El debate lo cerró Martín Recio. “Yo me he alergrado de que el PP vote a favor”, dijo, “aunque sea tácticamente”. El portavoz de Mareas Blancas se refirió a la contestación social creciente que, según su opinión, ha empujado al Gobierno andaluz a admitir a trámite una iniciativa tan dura con su modelo de gestión sanitaria. “Veremos si cogen esta ILP y la transforman en otra cosa, haciendo una especie de fraude... Pero que un partido con mayoría absoluta muestre, entre comillas, la debilidad de aceptar una iniciativa tan crítica con ellos, lo veo inteligente. Veremos”, concluyó.
Tras la aprobación de la toma en consideración de la iniciativa, algunas mujeres de la asociación AMAMA, presentes en la tribuna de invitados, se han dirigido al presidente de la Junta, que sólo ha entrado en el salón plenario en el momento del a votación, afeándole que les han “destrozado la vida”. Moreno, que estaba bastante lejos de ellas, ha salido de la Cámara.

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