El debate sobre los límites entre salud laboral y estabilidad en el empleo vuelve a estar sobre la mesa. Durante años, muchas empresas recurrieron a los informes médicos para justificar despidos cuando un trabajador mostraba alguna limitación física o psicológica. Pero el panorama ha cambiado: una reciente doctrina del Tribunal Supremo obliga a replantear estas decisiones y exige a los empleadores un mayor compromiso para preservar el puesto de trabajo antes de optar por la rescisión del contrato.

El 4 de febrero de 2025, el Tribunal Supremo dictó una sentencia (STS 94/2025) que puede cambiar de manera significativa lo que hasta ahora se entendía por despido justificado tras un reconocimiento médico negativo. En ese caso concreto, una trabajadora que había sido declarada 'no apta' para su

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