Washington vivió una tarde de tensión luego de que dos elementos de la Guardia Nacional fueran baleados a metros de la Casa Blanca, en la intersección de 17th e I Street NW.

El ataque dejó a ambos soldados en estado crítico y al presunto agresor bajo custodia, tras resultar herido durante el intercambio de disparos.

Las sirenas dominaron el centro político del país. Agentes acordonaron la zona y se activaron protocolos de seguridad mientras ambulancias trasladaban a los militares a distintos hospitales.

Mientras la investigación avanzaba, el presidente Donald J. Trump reaccionó desde su red Truth Social, donde llamó “animal” al agresor y advirtió que “pagará un precio muy alto”, mensaje que inmediatamente alimentó el impacto político y mediático del ataque.

Horas más tarde, el Gobierno

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