Pedro Sánchez decidió mantener a Santos Cerdán como secretario de Organización del PSOE durante el congreso de Sevilla de 2024, a pesar de que ya pesaban sobre él serias sospechas por su proximidad a José Luis Ábalos y Koldo García, según publica El Mundo . Así lo reconocen hoy varios dirigentes del partido, que aseguran que el cuestionamiento era "político" pero que Sánchez optó por "poner la mano en el fuego" por su colaborador más directo en Ferraz.
El epicentro de la corrupción socialista
La figura de Santos Cerdán , hoy investigado por su papel en la presunta trama de corrupción de adjudicaciones públicas durante la pandemia, está estrechamente ligada a la del expresidente del Gobierno, su "amigo Pedro". Fue él quien introdujo a Koldo García en el núcleo de poder socialista, primero en las primarias de 2017 y luego como «hombre para todo» de Ábalos en el Ministerio de Transportes. La UCO atribuye a Cerdán un papel "directivo" en la red.
Un liderazgo que ignoró las alertas
A pesar de que en el congreso de Sevilla ya circulaban advertencias sobre su cercanía a personas investigadas , Cerdán fue ratificado en su puesto sin reparos. Apenas diez días antes, Víctor de Aldama había declarado ante la Audiencia Nacional que había entregado 15.000 euros en efectivo a través de Koldo. Nada de esto frenó a Sánchez, que no solo lo respaldó, sino que permitió un comunicado oficial del PSOE en su defensa cuando ya se conocía el informe de la Guardia Civil.
La dimisión forzada y la traición
El «monje», como algunos colaboradores definían a Cerdán, acabó dimitiendo en junio , dos semanas antes de ingresar en prisión preventiva. Sánchez, aseguran fuentes internas, se sintió "traicionado" : "Le manejaba el partido, era su arquitecto orgánico, su canal con Junts, con el PNV...", apuntan desde el entorno de Moncloa. «Ha sido una traición personal de una brutalidad tremenda», añade un miembro del núcleo duro del presidente.
Responsabilidad política ineludible
El caso Cerdán se suma a una larga lista de nombramientos que cuestionan el criterio de Pedro Sánchez al frente del PSOE. Desde Ábalos hasta la propia Armengol, pasando por figuras vinculadas a contratos públicos opacos o a manejos internos del partido. La gobernabilidad del país se apoyó en una estructura que hoy está bajo sospecha penal . La dimisión forzada del secretario de Organización no es el cierre de una etapa, sino el inicio de un nuevo capítulo judicial que alcanza el corazón de la estructura de poder socialista.

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