Un 30,3% de las mujeres han sufrido algún tipo de violencia machista por parte de hombres con los que mantienen o han mantenido una relación de pareja. Son seis millones y medio de mujeres contra las que sus parejas han ejercido en algún momento de su vida maltrato físico, sexual, psicológico o económico. Así lo señala la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2025 hecha pública este miércoles por el Ministerio de Igualdad, la séptima hecha hasta la fecha y la operación estadística de más envergadura que se hace en nuestro país sobre violencias machistas.

“La violencia machista sigue siendo una realidad prevalente, transversal, estructural y que condiciona la vida de muchas mujeres. Es una violencia crónica en nuestra sociedad”, ha apuntado la ministra Ana Redondo. Por tipos de violencia, el 12,7% de las mujeres mayores de 16 años ha sufrido violencia física o sexual (9,2% y 7,7% respectivamente), lo que se traduce en más de dos millones y medio de mujeres. Casi el 80% asevera que la violencia ocurrió en más de una ocasión. La encuesta se ha realizado a un total de 11.800 mujeres, lo que a juicio de la ministra permite “hacer una panorámica” global de la violencia machista.

La encuesta pregunta por varios tipos de violencia, entre ellos, la económica, que engloba conductas como usar las tarjetas de crédito y pedir prétamos a su nombre sin su consentimiento, impedirle el acceso a la cuenta bancaria, controlar de forma excesiva el gasto que realiza. El 11,7% de las encuestadas afirma haber soportado este tipo de maltrato por parte de su pareja en algún momento de su vida, una violencia “silenciosa” pero “devastadora” que “limita su autonomía y en muchas ocasiones, su posibilidad para salir de la violencia”, ha dicho la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Carmen Martínez Perza. Si se suma en el cómputo el imago de pensiones alimenticias cuando hay hijos o hijas comunes, el porcentaje aumenta al 13,5%.

La macroencuesta publicada este miércoles refleja también que el 20,9% de las mujeres residentes en España ha sufrido violencia psicológica en algún momento de su vida y el 25,1% violencia psicológica de control. La estadística revela que las violencias se van entrecruzando y en muchos casos ocurren al mismo tiempo: prácticamente en la totalidad de los casos (96,6%) en los que hubo violencia física o sexual, también la hubo psicológica o económica.

El estudio analiza si las mujeres han denunciado la violencia sufrida y concluye que solo el 16,8% de quienes han sido víctimas de algún tipo de violencia han acudido ellas mismas o alguien de su entorno a la Policía o al juzgado. La cifra se eleva cuando se les pregunta si han recurrido a algún tipo de servicio asistencial, como los puntos de atención a víctimas, un supuesto ante el que responde positivamente el 41,4% de ellas. La mayoría, el 71,7%, han contado lo sucedido a alguna persona cercana de su entorno. El informe calcula que más de un millón de niños, niñas o adolescentes viven en hogares en los que la mujer sufre algún tipo de violencia.

“La violencia machista es también una cuestión de salud pública”, ha advertido Perza al presentar los datos sobre conscuencias que tiene la violencia en la salud de las mujeres. Así, casi la mitad de quienes revelan ser o haber sido víctimas en algún momento de sus vidas (1,6 millones de mujeres) siguen teniendo en la actualidad secuelas físicas o psicológicas derivadas. Las víctimas “presentan una salud significativamente peor” que las que no lo son: entre quienes han sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja o expareja, el la probabilidad de haber tenido intentos de suicidio se mulitplica por 11.

El 14,5%, víctimas de violencia sexual

La Macroencuesta analiza lo que ocurre fuera del ámbito de la pareja o expareja y concluye que el 14,5% de las mujeres residentes en España que son mayores de 16 años (tres millones) han vivido algún episodio de violencia sexual en algún momento de sus vidas. En el 7,4% de los casos, es decir la mitad, ocurrió cuando eran menores de 15 años, revela la estadística, que apunta también a que el 98,3% de las víctimas afirma que el agresor fue un hombre.

Si se analiza el vínculo que tenían agresor y víctima, se concluye, al igual que en estudios previos, que la mayor parte de la violencia fue perpetrada por hombres conocidos, sobre todo en el caso de los tipos “más graves”, describe la encuesta. Por eso, nueve de cada diez encuestadas que han sido víctimas de una violación en algún momento, señalan a alguien de su entorno como agresor: un cuarto directamente a un familiar, mientras que el 62% apuntan a un amigo o conocido. El 68,5% de ellas asegura que la agresión sexual se produjo en una casa y solo el 16% apunta a zonas abiertas como la calle o un parque.

Sin embargo, apenas se denuncia. Solo lo hace el 4,9%. La Macroencuesta explica que, en comparación con la de 2019 esta cifra ha disminuido debido a que en el ítem de violencia sexual se han incluido explícitamente los tocamientos no consentidos en “genitales, pechos, culo o labios”, una conducta que “casi no denuncia”, esgrime el informe, que divide la violencia sexual en: violación, intentos de violación y otros tipos de violencia sexual. Este cambio metodológico explica también que el porcentaje de mujeres que han sufrido violencia sexual haya ascendido con respecto a la última Macroencuesta, que lo situó en el 4,6%.

Entre los motivos más mencionados para no denunciar se encuentra, en el caso de las violaciones, el de que era una niña cuando sucedió y la vergüenza, causas que citan cuatro de cada diez víctimas seguidas de no conceder importancia a lo sucedido, temor a no ser recída o miedo al agresor (con porcentajes superiores al 20%). En el caso de otros tipos de agresiones sexuales, se coloca como primer motivo para no denunciar el no darle la suficiente importancia a lo ocurrido, algo que mencionan casi la mitad de las víctimas.