La escena se repite, pero con un matiz distinto. El Gobierno de Donald Trump ha lanzado una nueva operación migratoria en Nueva Orleans , una ciudad acostumbrada a convivir con el peso de sus propias heridas y ahora empujada al centro del pulso político entre la Casa Blanca y los gobiernos locales demócratas. La acción, bautizada como " Catahoula Crunch " , pone el foco en migrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador , y se suma al mapa creciente de redadas que el presidente ha ordenado para acelerar deportaciones y tensar la aplicación de las leyes migratorias.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha presentado el operativo como un esfuerzo dirigido a "infractores con antecedentes penales" liberados de la custodia local debido a políticas que limitan la cooperación con

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