El «caso Salazar» ha puesto de manifiesto, para quien «quiera ver y entender», lo que es el actual PSOE sanchista. Que gustaba referirse al Frente Popular social comunista gubernamental, definiéndolo como una coalición «progresista y feminista». Los casos no precisamente susceptibles de ser calificados como feministas, protagonizados por Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón, significados dirigentes y referentes políticos de esa coalición, ya provocaron un notable descenso en la frecuencia y el tono con que solían utilizar esa autoelogiosa denominación política. Posteriormente, fueron los casos judiciales de Ábalos y Koldo los que dieron a conocer conversaciones intercambiadas entre ellos, y cuya lectura provoca sonrojo y vergüenza ajena, por lo poco ejemplar de sus contenidos relativos a m

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