Hace tiempo que pocas propuestas artísticas le conmueven. "Me cuesta llegar tan lejos". Pero su mirada lúdica y tentadora advierte de la capacidad todavía intacta para seguir encontrando deleite. El último depositario de su placer selectivo: el disco de Rocío Márquez y Pedro Rojas, "Himno vertical". "Es realmente bueno y he estado escuchándolo mucho, tiene cosas que tienen mucha gracia, es un trabajo conceptual y estas propuestas me suelen atraer". Cuando el pasado año proyectó "Tardes de soledad" en el marco del Festival de San Sebastián compitiendo por primera vez en la sección oficial y antes de conseguir alzarse con la Concha de Oro, los mentideros del Zinemaldia se llenaron de polarización, conversaciones, revuelo y expectación. Sensaciones y realidades maceradas desde el anuncio prim

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