Las largas jornadas laborales, muchas de ellas en puestos de trabajo sedentarios, los bajos ingresos, la falta de conciliación familiar, los disruptores endocrinos, las alteraciones en la microbiota, el estrés o los factores emocionales. Son algunas de las variables socioeconómicas que actualmente están favoreciendo un entorno obesogénico, llevando a buena parte de la población a un importante aumento de peso, y así lo ratifica el informe más reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que concluye que una de cada ocho personas en el mundo ya tiene obesidad , una condición cuya prevalencia s e ha duplicado en adultos y cuadruplicado en adolescentes en los últimos 35 años.

Abordar la obesidad es uno de los grandes retos de la Medicina de Familia y Comunitaria, por lo que pro

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