Es cuando está vaciando el piso donde vivía su padre que el corazón le da un brinco. En unos cajones encuentra dos fotos del abuelo paterno con simbología nazi, una efigie de Pétain, una foto de Hitler y una cruz de hierro.
Quien hurga en el pasado es Vanessa Springora (París, 1972), autora del libro El nombre del padre (Lumen/Empúries; traducido al castellano por Noemí Sobregués), una investigación obsesiva sobre sus antepasados a consecuencia de aquel hallazgo. Hasta entonces, el abuelo Josef había sido “perfecto” haciendo las funciones de abuelo, y un héroe para todo el mundo: un refugiado checoslovaco, que se escapó de una Wehrmacht para la cual fue reclutado a la fuerza, y que se había establecido en Francia.
Descubrir luego que el apellido Springora –de fingida declinación eslava