Aquí le podrían llamar coincidencia.

Así salvarían el discurso oficial de la soberanía, la autodeterminación y todas esas invocaciones para negar influencias externas.

Pero hay un hecho: Estados Unidos lleva muy avanzadas las investigaciones sobre el llamado huachicol fiscal, ese robo de hidrocarburos del otro lado y traído y comercializado con una perversa trama.

Maraña en la cual hay, lo sabemos ahora, funcionarios de la Secretaría de Marina, hombres de negocios, distribuidores, aduaneros y un sinfín de operadores de distintos niveles y ubicaciones.

¿Por qué se interesa Estados Unidos, si allá se venden millones de litros, gana dinero, los embarcan, se traen con violaciones de ley y se comercializa de este lado?

Porque están inmersos muchos de sus empresarios y firmas prestigiadas e

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