La magnitud de la derrota del domingo no estaba ni en la peor de las pesadillas de Javier Milei. Fue una dura paliza del peronismo al presidente de la Libertad Avanza en unas elecciones atípicas de concejales, diputados y senadores en la provincia de Buenos Aires, importante porque allí vive el 40 % de la población apta para votar en Argentina.

Alex Kicillof, el gobernador de Buenos Aires que tenía en sus manos las huestes del peronismo-kirchnerismo de Fuerza Patria tampoco imaginaba un triunfo por 13 puntos con su partido débilmente pegado a la líder Cristina Kirchner, en prisión domiciliaria por corrupción.

Sorpresivamente, Milei se mostró como un buen perdedor, reconoció públicamente“una clara derrota”, muy lejos del estilo pendenciero de gobierno y de campaña donde repitió como un m

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