La economía española sigue en forma y acabará el año con un crecimiento del 2,6%, según las proyecciones económicas que esta mañana ha publicado el Banco de España, que ha revisado al alza dos décimas la previsión que había hecho en junio. La clave es el consumo privado, que es el componente que más contribuye a este crecimiento, aunque es cierto que en los años siguientes habrá una cierta desaceleración de su dinamismo por un entorno de elevada incertidumbre y una tasa de ahorro superior al promedio histórico.
Otros dos elementos que impulsan la actividad son la inversión y el consumo público. La inversión aumenta su contribución respecto al año anterior y se mantendrá sólida en ejercicios posteriores gracias a los fondos Next Generation, unas buenas condiciones de financiación y al dina