La presencia del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en la fiesta por la independencia de México dispensada por el embajador Quirino Ordaz ha conocido amplia repercusión al otro lado del Atlántico. Y es que hay quienes no acaban de ver que se invitase a quien tiene el dudoso honor de ser el primer ocupante de dicho cargo con una imputación. El caso es que Ordaz, hombre del PRI de toda la vida, es seguido con lupa por tierras mexicanas, ya que su destino en Madrid es considerado el premio por haber «chaqueteado» a favor de López Obrador. Una teoría que respaldaría su confirmación en el cargo por su sucesora en la Presidencia mexicana.

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