El actual clima prebélico entre Venezuela y EE.UU., recrudecido después de que la Administración de Donald Trump ordenara atacar ya en tres ocasiones a unos barcos supuestamente dedicados al narcotráfico en aguas del Caribe, no parece que vaya a figurar entre los temas prioritarios en la Semana de Alto Nivel de la ONU, que comienza el próximo lunes.

La Secretaría General no lo ha situado entre las crisis más acuciantes del momento y que ocuparán un papel central en la gran cumbre de la diplomacia internacional, como sí ha hecho con Gaza, Ucrania o Sudán, a pesar de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ya pidió explícitamente a finales de agosto a António Guterres un mínimo gesto de apoyo.

Maduro remitió entonces una carta al secretario general de la ONU en la que le solicitaba

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