En algún momento de la primavera de 1966, recuerda Evelio, 84 años, residente en un intricado caserío del municipio Ovas, Pinar del Río, provincia a 175 kilómetros al este de La Habana, “se apareció un grupo de funcionarios del gobierno para inaugurar la electrificación en la zona. Montaron una tarima y pusieron altoparlantes por todo el poblado. Se corrió el rumor de que Fidel iba a estar presente. Los guajiros nos vestimos como si fuéramos a un guateque dominical para celebrar el acontecimiento. Estaban esperando por el comandante para bajar el catao y alumbrar el pueblo”.
“Pero nunca llegó. Alguien dijo que el compañero Fidel, debido a sus múltiples tareas al frente del desarrollo del país, no pudo asistir, pero que les enviaba un caluroso saludo a los pobladores de Ovas. Después de lo