En un año de elecciones, el Gobierno utilizó su propio esquema de látigo y billetera para relacionarse con las provincias. A través de transferencias discrecionales, hubo premios para los aliados y castigo para los ajenos en el primer semestre del año. Todo con una particularidad: el principal distrito electoral del país, la provincia Buenos Aires, lidera la lista, pero con un claro retaceo de fondos año trás año.

Javier Milei, después de una semana de categóricas derrotas parlamentarias, que tuvieron como característica que hasta sus propios aliados provinciales le dieron la espalda en el Congreso para insistir con leyes que él había vetado, dijo que su relación con todos los gobernadores es muy buena. En ese sentido, sostuvo que restituyó el Ministerio del Interior para contar con un so

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