
Hay determinadas frutas sobre las que existe cierto debate sobre si pelarlas o no, como la pera o la manzana. Sin embargo, hay otras sobre las que el consenso es unánime, como el kiwi . Todo el mundo lo pela antes de comerlo, pero, según el divulgador científico Álvaro Carmona , la piel es una de las partes más interesantes de esta fruta: «la piel del kiwi ayuda con la saciedad, la regulación de la glucosa y la microbiota intestinal». Morder esa capa marrón y ligeramente velluda puede parecer extraña, pero detrás de este hábito se esconde una oportunidad de oro para cuidar la alimentación .
Pero, ¿realmente deberíamos empezar a comer esta fruta con piel incluida? La respuesta, avalada por varios estudios, es un rotundo sí. La piel del kiwi es completamente inocua si la fruta está bien lavada y, además, aporta un amplio abanico de nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo, como antioxidantes, minerales, vitaminas y fibra . Lo más curioso es que este debate responde a un criterio cultural; en países como Nueva Zelanda , uno de los principales productores de kiwis, lo más común es comer la fruta sin pelar.
La piel del kiwi: el superalimento oculto
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La mayoría de las personas retira la piel del kiwi antes de comerlo, en parte por costumbre y en parte por la textura áspera que puede resultar poco agradable en la boca.
Sin embargo, según Carmona , «hay gente que no sabe que la piel del kiwi es totalmente comestible. De hecho, es que aumenta una burrada el valor de la fruta el hecho de comérselo con piel que pelado». ¿El motivo? La piel tiene un alto contenido en fibra, folatos, vitamina E y polifenoles antioxidantes, nutrientes que fortalecen el sistema inmunitario, favorecen la digestión y ayudan a combatir el estrés oxidativo.
«La piel añade un volumen brutal de fibra y folatos que ayudan con la saciedad, la regulación de la glucosa en sangre, sostenimiento de la microbiota intestinal, la reducción de la inflamación. ¿Qué más quieres?».
El divulgador también explicó las diferencias entre el kiwi verde y el amarillo : «si tú te comes un kiwi amarillo con su pellejito, aumentas una burrada la cantidad de fibra, de folato y de vitamina E, pero no te haces una puta idea, porque la piel tiene una serie de polifenoles únicos que le dan una capacidad antioxidante brutal».
La diferencia más clara está en el aporte de fibra y vitamina C : «el kiwi verde sí que tiene un poquito más de fibra, unos tres coma cinco gramos por pieza. El amarillo tiene tres, tampoco te va a cambiar mucho nutricionalmente, pero en cuanto a vitamina C los kiwis amarillos se llevan la palma porque tienen el equivalente a tres naranjas»
A nivel de sabor y textura , el divulgador afirma: «a mí, personalmente, el amarillo me gusta más porque es más suavito. Pero si te gusta más el verde, lo que puedes hacer es cortarlo a rodajitas y no te enteras de nada».
¿Y los pesticidas?
Más allá de la textura áspera, una de las principales razones por las que muchas evitan comer la fruta con piel es el miedo a los pesticidas. Sin embargo, Carmona hace un llamamiento a la calma: «seguro que ya hay alguno por ahí diciendo, bueno, pero es que los pesticidas que tiene la piel. Calla, coño, límpialo y ya está, porque ningún estudio ha demostrado que la piel del kiwi tenga residuos tóxicos registrados más allá de los límites legales establecidos. Más, si lo pones en una balanza, los beneficios pesan más que los riesgos en población sana».
Por lo tanto, basta con lavar bien la fruta , como hacemos con manzanas, peras o uvas, para reducir cualquier resto superficial. Además, los controles de seguridad alimentaria en la Unión Europea son de los más estrictos del mundo.
Beneficios para la salud
«Por su gran contenido en vitamina C, el kiwi ayuda a mantener el buen funcionamiento de las defensas, y a mantenernos activos porque reduce el cansancio y aumenta la energía física y mental. También contiene buenos niveles de ácido fólico que ayuda al crecimiento óptimo en los niños. Varios estudios científicos han demostrado que el consumo de kiwi está relacionado con la mejora de problemas como el estreñimiento, el control de peso, el aumento de la tensión arterial, etc.», explica la Escuela de Salud de San Juan de Dios.
Y añade: «por otra parte, el kiwi es la única fruta que contiene una proteína soluble especial, la actinidina, que ayuda a digerir las proteínas de otros alimentos como la carne, los lácteos y la soja, y estimula el proceso digestivo. Junto con una dieta equilibrada y actividad física, el consumo de kiwi es la clave para evitar digestiones pesadas».