
SAO PAULO (AP) — Miles de brasileños protestaron el domingo en los 26 estados y el Distrito Federal del país contra un posible indulto para el expresidente Jair Bolsonaro y sus aliados, quienes fueron condenados por intentar un golpe de Estado.
Las convocatorias para manifestarse crecieron después de que la cámara baja aprobó el martes una enmienda constitucional que dificultaría el arresto o el inicio de procesos penales contra legisladores. La medida será analizada en el Senado.
Al día siguiente, la cámara baja votó para acelerar un proyecto de ley respaldado por legisladores derechistas que podría otorgar la amnistía a Bolsonaro, sus aliados más cercanos y cientos de seguidores condenados por su participación en el levantamiento de enero de 2023.
En Sao Paulo, 42.400 personas personas participaron en la manifestación, mientras que las protestas sumaron otros 41.800 participantes en Río de Janeiro, según cálculos del Monitor de Debate Político de la Universidad de Sao Paulo y la organización sin fines de lucro More in Common.
Pablo Ortellado, director del Monitor de Debate Político, dijo a Associated Press que las cifras en las dos ciudades más grandes de Brasil fueron las más altas para una manifestación de izquierda desde la victoria electoral de 2022 del presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Los investigadores realizaron el cálculo del tamaño de las multitudes utilizando fotos de drones.
“Por lo general, las movilizaciones de derecha han sido tres veces más grandes que las de la izquierda”, subrayó Ortellado. “En los últimos meses, ese patrón ha cambiado. El apoyo de la oposición a los aranceles de (el presidente estadounidense Donald) Trump y a la enmienda ha llevado a la izquierda de nuevo a las calles”.
El pasado 11 de septiembre, Bolsonaro fue sentenciado a 27 años y tres meses en prisión por intentar mantenerse en el poder después de perder las elecciones de 2022. Es el primer expresidente en ser declarado culpable por intentar anular un comicio en el país, El exmandatario negó cualquier delito.
Ana Paula Brito, una niñera de 37 años, asistió a la protesta en Sao Paulo en buena medida para expresar su rechazo a un posible indulto para Bolsonaro. Señaló que también estaba indignada por la propuesta de enmienda que protege a los legisladores de enfrentar un proceso penal.
“Ellos (los políticos) son ricos, tienen mucho dinero y siguen robando. Nunca se liberan fondos para nosotros. Esa es una razón más por la que estamos en las calles”, puntualizó Brito.
Algunos de los artistas más destacados de Brasil ayudaron a organizar y promover las manifestaciones del domingo.
Las leyendas de la música Caetano Veloso, Chico Buarque y Gilberto Gil —quienes desafiaron la censura durante la dictadura militar de los años 60— se reunieron en el barrio de Copacabana en Río de Janeiro para protestar.
En una entrevista publicada el sábado, Veloso declaró al medio brasileño UOL: “Me indignó la noticia de que muchos diputados votaron a favor de una ley de blindaje para ellos mismos y sus colegas. Esto, junto con una propuesta de amnistía para los golpistas. Creo que me identifiqué con la mayoría de la población brasileña, que no quiere que estas cosas se aprueben”.
El actor brasileño Wagner Moura asistió a la protesta en Salvador, Bahía. Desde lo alto de un camión, dijo a la multitud que no estaba dispuesto a hablar sobre las propuestas legislativas. En cambio, enfatizó “este momento extraordinario en la democracia brasileña, que sirve como ejemplo para todo el mundo”.
Las protestas del domingo fueron organizadas por artistas y grupos de izquierda, que han tenido dificultades para movilizar a grandes multitudes en comparación con la derecha. El 7 de septiembre, antes del juicio contra Bolsonaro en el Supremo Tribunal Federal, miles de seguidores se manifestaron en su defensa.
Hace dos semanas, manifestantes de derecha desplegaron una enorme bandera de Estados Unidos durante una protesta en Sao Paulo, en la que muchos agradecieron a Trump por imponer sanciones contra Brasil.
Trump calificó el juicio como una cacería de brujas y en julio pasado anunció un arancel del 50% sobre las importaciones procedentes de Brasil, además de vincular explícitamente la medida con el destino de Bolsonaro. Más tarde, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció sanciones contra el juez del Supremo Tribunal Federal Alexandre de Moraes, quien supervisó el caso y a quien Bolsonaro considera un enemigo.
El domingo, la izquierda buscó contrarrestar ese simbolismo desplegando una gigantesca bandera brasileña en la misma avenida. Los carteles, camisetas y calcomanías no solo mostraban rechazo a la amnistía y las protecciones ampliadas para los legisladores, sino que también afirmaron el orgullo nacional y defendieron la soberanía de Brasil en respuesta a las sanciones de Trump.
Las encuestas muestran que el país sigue profundamente dividido en torno al exmandatario.
Según una encuesta de Datafolha publicada el 16 de septiembre, el 50% de los encuestados dijo que Bolsonaro debería ser encarcelado, mientras que el 43% no estaba de acuerdo y el 7% no respondió. En la encuesta se entrevistaron a 2.005 personas de todo el país y tuvo un margen de error de 2 puntos porcentuales.
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Eduardo François contribuyó desde Brasilia.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.