* Escribe Marilú Wiegold Umlauff, comunicadora social
Estamos viviendo una segunda nueva normalidad en el Perú. No la que surgió con la pandemia, sino una mucho más compleja. Se trata de la silenciosa normalización de la no indignación, que corroe nuestra democracia. A diario, la prensa y las redes sociales denuncian nuevas tropelías: ministros cuestionados atornillados a sus cargos, pactos en la sombra que blindan la impunidad y leyes que desmantelan la institucionalidad del país.
La separación de poderes hace agua. “No hay motivos para protestar”, nos dicen. Y mientras la justicia está a cargo del poder en la sombra, nos ofrecen viajar en el tren de la mentira, la amenaza y el insulto, al tiempo que somos testigos de cómo se confeccionan leyes a la medida que sirven a la impunidad y a