El 'Furor' tiene un cañón y dos ametralladoras, pero es un navío que se dedica a la vigilancia y rescate, sin capacidad ofensiva. Defensa le dará las "reglas de enfrentamiento", como en cualquier misión militar, sobre qué hacer en caso de que Israel asedie o ataque a barcos de la Flotilla en aguas internacionales
El buque patrullero ‘Furor’ espera en Cartagena la orden de zarpar para asistir a la flotilla a Gaza
El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, anunció este miércoles en Nueva York que España ha decidido enviar un buque de la Armada al Mediterráneo “por si fuera necesario asistir a la Flotilla [que se dirige a Gaza con ayuda humanitaria para romper el bloqueo israelí] y realizar algún rescate”, tras los ataques con drones sufridos por esta comitiva de medio centenar de barcos que partió de Barcelona y que suma unas 500 personas.
El navío elegido es el Furor, atracado en el puerto de Cartagena y cuyas labores para zapar comenzaron este mismo jueves. Fue construido por la empresa española Navantia en su astillero de Ferrol y fue entregado a la Armada en enero de 2019. Aunque tiene un cañón y dos ametralladoras –fabricadas por la empresa israelí Rafael, una de las proveedoras de armamento más importantes–, este Buque de Acción Marítima (BAM) no es un barco ofensivo, ya que su dotación no permitiría hacer frente con garantías a un ataque, ni de otro buque de guerra ni derribar drones, los aparatos utilizados de momento para las agresiones a los barcos de la Global Sumud Flotilla.
También cuenta con un dron solar para labores de vigilancia. De hecho, este tipo de buque se suele utilizar para vigilancia o control en operaciones, por ejemplo, de narcotráfico, o “proteccion y apoyo”, “asistencia médica”, “rescates” e incluso “ayuda humanitaria”, según la información de la propia Armada. Pero “no es un buque para combatir”, según señalan fuentes conocedoras. De hecho, dentro de esas labores de asistencia está la de mover tropas, y se utilizó la pasada Semana Santa para trasladar a los legionarios desde Cartagena a Málaga para la procesión del Cristo de la Buena Muerte.
El barco –y el medio centenar de personas que integran la tripulación, entre ellos sanitarios– no van a entrar en aguas jurisdiccionales israelíes, para lo que se necesitaría permiso, pero acompañará a la flotilla de barcos por el Mediterráneo hasta aguas internacionales ante la posibilidad de que se comprometa la seguridad de los ciudadanos españoles o de las 45 nacionalidades que viajan hacia Gaza.
Una vez entren en aguas israelíes, los miembros de la misión civil humanitaria tendrán que continuar solos. Tampoco les acompañarán en esas aguas las dos fragatas (buques de mucho mayor tamaño que el Furor) que ha enviado Italia para asistir a sus ciudadanos en caso de ataque o incidente. Pese a este envío de apoyo a la Flotilla, la primera ministra, Giogia Meloni, ha sido muy dura con la iniciativa que denuncia el bloqueo de ayuda al entender que pone en aprietos la seguridad y la geopolítica: “Todo esto es gratuito, peligroso e irresponsable. No hay necesidad de arriesgar la propia seguridad entrando en una zona de guerra para entregar ayuda a Gaza que el Gobierno italiano podría haber entregado en unas pocas horas”, dijo este miércoles en la Asamblea de Naciones Unidas, obviando el componente político de la misión.
La posibilidad de un ataque
Expertos y fuentes del Ejército consultadas coinciden en que no se sabe qué hará Israel cuando la Flotilla se acerque, pero también apuntan a que no es factible que Israel ataque directamente al buque español que acompañará la expedición, ya que un ataque a un buque de guerra es una declaración de guerra entre estados. El diretor general de Exteriores israelí también ha rebajado esta posibilidad: “Entendemos por las declaraciones de sus gobiernos [España e Italia] que estos barcos están destinados a una misión de rescate en caso de necesidad. Estamos bastante seguros de que no será necesario, por lo que no vemos ningún problema en que haya barcos cerca”.
Pero, ¿qué pasa si Israel o drones sin identificar atacan a la Flotilla? ¿Qué debe hacer entonces el Furor? “En cualquier misión militar, y esta lo es, el comandante del barco tiene un documento de reglas de enfrentamiento –conocidas como ROE, Rules of Engagement– y se las da la autoridad, en este caso el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad) o el jefe de operaciones que está por debajo, siempre con la autoridad y conocimiento del ministro y el presidente de Gobierno”, explica el general retirado José Enrique Ayala.
Esas reglas definen posibles situaciones y explican qué se debe hacer en cada una de ellas. En este caso, incluirá con seguridad qué hacer en caso de que Israel ataque los barcos civiles. “Seguramente, aunque esas instrucciones no las conocemos, serán de autodefensa, probablemente esas reglas sean responder solo si se es atacado directamente”, opina Ayala. Si se ataca a la Flotilla, lo que es seguro es que el Furor intervendrá para ayuda y rescate, ya que el Gobierno, que no ha dado muchos detalles de la operación, sí que especificó que la misión es “proteger” a los civiles. Pero hay otros escenarios que son menos comunes y previsibles. Por ejemplo, qué pasa si hay un incidente fortuito o si Israel declara que hay terroristas a bordo.
Si la flota continúa hacia Gaza, lo hará sola y los tripulantes extranjeros acabarán siendo detenidos y deportados por Israel, como sucedió en la anterior misión. En cualquier caso, y con precedentes de ataques directos de Netanyahu incluso a un convoy humanitario de la ONG del cocinero José Andrés, en el que murieron siete cooperantes, es dificil predecir si subirá la tensión y se traspasarán o no límites de derecho internacional y humanitario y qué papel jugarán entonces los buques de España e Italia.
Aunque Defensa no ha contestado oficialmente a las preguntas sobre los diferentes posibles escenarios, todas las fuentes consultadas opinan que no se prevé un enfrentamiento entre países sino que España, como Italia, puedan auxiliar a las tripulaciones de la Flotilla y sus ciudadanos en caso de que su seguridad quede comprometida, “pero lo más improbable, por no decir imposible, es que España vaya al enfrentamiento con Israel”. O viceversa. “A partir de ese momento podríamos tener un ataque directo que implicaría a la UE”, señala Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) y militar retirado.
Barcos de la Flotilla han sufrido ataques y asedios de drones al menos en dos ocasiones desde que salieron de Barcelona el 28 de agosto. Uno de ellos, estando atracado en un puerto de Túnez, un país que negó el ataque y lo achacó a una colilla, pese a que en las imágenes se ve una explosión. Este martes, la organización informó de “al menos 13 explosiones” y vuelo de “drones no identificados”, además de “interferencias en las comunicaciones” en su travesía hacia la franja palestina en el Mediterráneo, motivo por el cual la exalcadesa de Barcelona Ada Colau pidió soporte al Gobierno para evitar “víctimas mortales”. Este segundo ataque ha motivado la movilización de los buques italianos y el español.